
Fantasmas en el faro
Material preparado por Fundación Entrelíneas.
Material preparado por Fundación Entrelíneas.
¿Recuerdas en qué lugar ocurre este cuento? Fíjate lo que dice el primer párrafo:
En Magallanes profundo,
muy lejos de las ciudades,
existe un faro perdido
que resiste tempestades.
Este cuento está inspirado en un faro del sur de Chile, el de Punta Dungeness, ubicado en la Región de Magallanes. Mira la marca naranja en el mapa para encontrar dónde está el faro de Punta Dungeness.
Antiguamente, no existían los aviones. Para viajar de un continente a otro había que cruzar el océano en barco. El año 1520, el portugés Hernando de Magallanes descubrió un canal en el extremo sur de nuestro país, por el que pudo atravesar desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico.
A este canal se le llamó Estrecho de Magallanes. Como era muy angosto, con grandes olas, fuerte viento y tempestades, era muy difícil de navegar. Para guiar a los marineros y evitar naufragios se construyeron faros que enviaban señales de luz.
¿Sabías que en Magallanes el sol puede salir a las 10 de la mañana y esconderse a las 4 de la tarde durante el invierno? En cambio en verano, puede amanecer a las 5 de la mañana y oscurecerse a las 12 de la noche! ¡Un día de 19 horas para jugar!
¿Cuántos animales pudiste ver en el cuento? Todos ellos viven en Magallanes y cada uno tiene alguna característica especial.
Ahora que conoces un poco más de los animales del cuento, ¿qué animal te llamó más la atención?
¿Sabías que en Chile hay más de 50 faros que guían a los navegantes?
Chile es uno de los países más largos del mundo y si te fijas en un mapa, verás que el Océano Pacífico baña toda su orilla oeste. En esa orilla hay 50 faros que, con su luz y la comunicación por radio, van indicando el camino a los barcos para que lleguen a sus puertos sin problemas. Cada faro tiene un ritmo propio para encender y apagar su luz y así los navegantes los pueden distinguir y saber dónde están.
En algunos de estos faros, lejos de pueblos y ciudades, resistiendo vientos y tempestades, viven marineros junto a sus familias, como la de Carlota y Roberto. A veces sólo pueden comunicarse por radio, porque no tienen Internet ni teléfono.
Uno de ellos es el Faro Punta Dungeness. ¡Mira lo parecido que es al faro del cuento!
Los fareros tienen muchas tareas además de mantener siempre despiertas las lámparas del mar.
¿Qué leyendas cuentan en tu casa?¿Conoces alguna del mar? ¡Descubre una de las historias que narra la madre de Carlota a sus hijos!
“El Marlborough”: un barco fantasma
“El Marlborough” fue un barco inglés que viajó hacia América en 1890, llevando pasajeros y mercancía. Se perdió cerca del Estrecho de Magallanes y nunca llegó a su destino. ¿Habrá chocado contra un témpano de hielo? ¿Se contagiaron todos de una terrible enfermedad y murieron? Nadie sabe qué pasó. Veintitrés años después, algunos marineros de Punta Arenas vieron el mismo barco a la deriva, ¡con una tripulación fantasma! Dicen que aún navega por el Estrecho de Magallanes y que si alguna vez te cruzas con él, no debes contarle a nadie porque te traerá mala suerte.
¿Recuerdas la canción que cantaba la familia de Carlota al son de la guitarra?
El mar tiene su propia voz, sus olas crean un sonido muy agradable. Es como si el mar nos cantara. Al mar también le gusta escuchar canciones dedicadas a él.
Oye en este video la canción que aparece en este cuento y luego cántasela al mar.
En alta mar había un marinero
que la guitarra gustaba de tocar
y cuando se acordaba de su patria querida,
tomaba la guitarra y se ponía a cantar:
En alta mar… en alta mar… en alta mar…
En alta mar, el viejo marinero
pintaba el barco sin mucha voluntad,
y cuando el comandante se daba media vuelta
tomaba la guitarra y se ponía a cantar:
En alta mar… en alta mar… en alta mar…
En alta mar, subiendo la escalera,
los zapatos mojados le hicieron patinar.
Con la guitarra en brazos cayó el marinero,
se le rompió una cuerda y no pudo tocar más,
con la guitarra en brazos cayó el marinero,
se le rompió una cuerda y no pudo tocar más:
En alta mar… en alta mar… en alta mar…
Y a ti, ¿qué instrumento te gustaría tocar?
¡Aquí hay otra canción tradicional para cantar y jugar con las vocales!
La mar estaba serena.
Serena estaba la mar.
La mar estaba serena.
Serena estaba la mar.
♫ ¡Con ‘a’!
La mar astaba sarana.
Sarana astaba la mar.
La mar astaba sarana.
Sarana astaba la mar.
♪ ¡Con ‘e’!
Le mer estebe serene.
Serene estebe le mer.
Le mer estebe serene.
Serene estebe le mer.
♫ ¡Con ‘i’!
Li mir istibi sirini.
Sirini istibi li mir.
Li mir istibi sirini.
Sirini istibi li mir.
♪ ¡Con ‘o’!
Lo mor ostobo sorono.
Sorono ostobo lo mor.
Lo mor ostobo sorono.
Sorono ostobo lo mor.
♫ ¡Con ‘u’!
Lu mur ustubu surunu.
Surunu ustubu lu mur.
Lu mur ustubu surunu.
Surunu ustubu lu mur.
Guarda estas canciones en tu memoria para volver a cantarlas cuando estés a la orilla del mar o cerca de algún faro.
¿Alguna vez te has detenido a escuchar los sonidos que te rodean? Todos los días podemos oír algo nuevo: el motor de un auto resonando en la calle, el canto de los pájaros, el viento desordenando las hojas.
¿Qué sonidos te llamaron la atención del cuento Fantasmas en el faro? ¿Cuál fue el que más te gustó? ¿Cuál imitarías?
El sonido funciona a través de ondas, igual que las que se forman en el agua cuando lanzamos una piedra. Las ondas viajan a través del aire, el agua o las cosas y aunque no podemos verlas, traen el sonido hasta nuestros oídos para que podamos escuchar.
¿Recuerdas las radios con las que jugaban Carlota y Roberto? Al igual que ellos, haz viajar las ondas de tu voz con el siguiente experimento.
Ahora que está lista la radio, cada participante toma un vaso y se separan lo más posible uno del otro. Pueden imitar sonidos de animales y jugar a adivinarlos. ¡O conversar de lo que quieran!
Atrévete a jugar y graba el cuento con tu propia voz. También puedes inventar una historia diferente o cambiar los nombres de los personajes. Si tienes algún instrumento, intenta agregarle música.
Fotografía de diignat (Envato).
¡Te invitamos a resolver un misterio al igual que Carlota y su hermano!
1. Reúne a cuatro personas o más para el juego e invítalas a sentarse en círculo o en una mesa.
2. Escribe en papeles pequeños el rol que tendrá cada participante. Uno de ellos debe decir “fantasma” y los demás deben decir “marinero”.
3. Reparte al azar los papeles cerrados entre los participantes.
4. El que reciba el papel de “fantasma» debe convertir en “fantasma” a los demás participantes guiñándoles un ojo, sin que los otros se den cuenta.
5. Cuando un participante sea convertido en “fantasma” debe decir en voz alta: Buuu. Ahora soy un fantasma.
6. El juego termina cuando el fantasma haya convertido a todos en fantasma, o cuando algún participante que siga siendo marinero lo descubra. Este debe gritar en voz alta: ¡El fantasma es… !